Durante mi adolescencia, fui a visitar a mi tía en 1991. En esta visita, me presento a los misioneros de tiempo completo, y me reuní con ellos varias veces en la casa de mi tía. Me preguntaron si deseaba aprender más acerca del Evangelio, pero les dije que no me interesaba.
Regrese a mi casa en Costa Rica, y los misioneros volvieron a visitarme allí (mi tía les había dado mi dirección). Seguía sin tener interés alguno en su mensaje, así que les pedí que se marcharan.
Pasaron cuatro anos. Yo estaba saliendo con una joven que había sido mi amiga durante muchos años, y nuestra relación nos condujo al compromiso matrimonial. Mientras pensaba en nuestro futuro junto, mi corazón se torno hacia lo espiritual, y le dije a mi prometida que deseaba conocer a Dios. Decidimos que asistiría a la iglesia con ella para aprender de Él. Mientras tanto, yo oraba en privado a Dios para tener oportunidades de llegar a conocerle.
Durante este periodo de búsqueda, los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días volvieron a llamar a mi puerta. Frustrado al ver que habían regresado, les dije que se marcharan y cerré la puerta. Sin embargo, en aquel mismo momento me vino un pensamiento a la mente:
“Has estado orando para conocer a Dios. ¿Y qué tal si estos hombres tienen algunas respuestas que darte?”
Abrí la puerta otra vez, llame a los elderes y les invite a pasar y enseriarme.
Muy pronto descubrí el poder de las verdades que enseñaban, y acepte el Evangelio restaurado. Tres semanas más tarde, el12 de marzo de 1995, me bautice en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Mi novia no estaba contenta con mi decisión. Una noche, tres meses más tarde, me dijo que yo tenía que escoger entre ella y la Iglesia. ¡Que decisión tan dolorosa! Tras mucho meditar y deliberar, opte por la Iglesia.
Sentía que había tornado la decisión correcta, pero los meses después del suceso fueron un periodo muy oscuro de mi vida. No obstante, halle esperanza al vivir mi nueva religión, especialmente al llegar a conocer a mi Padre Celestial, como había pedido en mis oraciones.
Un año después de mi bautismo, serví en una misión de tiempo completo en Nicaragua. Mi servicio allí me brindo mucho gozo, y aumento mi conocimiento y amor par mi Padre Celestial. Varios meses después de mi regreso de Nicaragua, conocí Lili, la mujer que más tarde se convertiría en mi esposa.
Establecer el Evangelio como prioridad en nuestra vida no siempre resulta fácil. Las decisiones que tome fueron difíciles. No obstante, aprendí entonces, como sigo aprendiendo.
Regrese a mi casa en Costa Rica, y los misioneros volvieron a visitarme allí (mi tía les había dado mi dirección). Seguía sin tener interés alguno en su mensaje, así que les pedí que se marcharan.
Pasaron cuatro anos. Yo estaba saliendo con una joven que había sido mi amiga durante muchos años, y nuestra relación nos condujo al compromiso matrimonial. Mientras pensaba en nuestro futuro junto, mi corazón se torno hacia lo espiritual, y le dije a mi prometida que deseaba conocer a Dios. Decidimos que asistiría a la iglesia con ella para aprender de Él. Mientras tanto, yo oraba en privado a Dios para tener oportunidades de llegar a conocerle.
Durante este periodo de búsqueda, los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días volvieron a llamar a mi puerta. Frustrado al ver que habían regresado, les dije que se marcharan y cerré la puerta. Sin embargo, en aquel mismo momento me vino un pensamiento a la mente:
“Has estado orando para conocer a Dios. ¿Y qué tal si estos hombres tienen algunas respuestas que darte?”
Abrí la puerta otra vez, llame a los elderes y les invite a pasar y enseriarme.
Muy pronto descubrí el poder de las verdades que enseñaban, y acepte el Evangelio restaurado. Tres semanas más tarde, el12 de marzo de 1995, me bautice en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Mi novia no estaba contenta con mi decisión. Una noche, tres meses más tarde, me dijo que yo tenía que escoger entre ella y la Iglesia. ¡Que decisión tan dolorosa! Tras mucho meditar y deliberar, opte por la Iglesia.
Sentía que había tornado la decisión correcta, pero los meses después del suceso fueron un periodo muy oscuro de mi vida. No obstante, halle esperanza al vivir mi nueva religión, especialmente al llegar a conocer a mi Padre Celestial, como había pedido en mis oraciones.
Un año después de mi bautismo, serví en una misión de tiempo completo en Nicaragua. Mi servicio allí me brindo mucho gozo, y aumento mi conocimiento y amor par mi Padre Celestial. Varios meses después de mi regreso de Nicaragua, conocí Lili, la mujer que más tarde se convertiría en mi esposa.
Establecer el Evangelio como prioridad en nuestra vida no siempre resulta fácil. Las decisiones que tome fueron difíciles. No obstante, aprendí entonces, como sigo aprendiendo.
Realmente este es un tema bien importante, a mi me sucedio lo mismo antes de salir a mi mision en Honduras, mi novia que por cierto no era miembro, me estaba apoyando al inicio a que no asistiera a una mision por mucho tiempo, luego de un tiempo tuve un accidente juntamente con ella y yo ya tenia mi llamiento y pensaba que debido a ello no podria asistir a mi mision, pero fue muy sorprendente la reaccion de ella diciendome: no digas eso, TENES que ir a la mision, pero cuando ya me faltaban 2 semanas se torno fea la situcion ya que ella me dijo lo mismo que en este relato, Bueno tenes que elegir entre la mision y yo. Fue una prueba muy dura lo medite bastante y tome la desicion de asistir a la mision, lamentablemente tuve que terminar con ella y bueno ahora estoy recibiendo las bendiciones por seguir el camino correcto y se que fue la mejor desicion aun cuando realmente le amaba mucho y todavia le quiero mucho pero ahora se cual es el camino correcto: HLJ
ResponderEliminarSe que es una decision demasiado importante como para que alguien que supuestamente te quiere haga que tomes una eleccion al respecto. Decidiste lo mejor =D de eso no hay duda amigo = )
ResponderEliminaren que liahona está este mensaje, que le caería como anillo al dedo a un mipanita..
ResponderEliminarJustamente estoy con ese dilema los dos somos miembros, el se va a la mision a fin de año, pero ya hace un año estamos juntos. Mi papa fallecio cuando lo conosi y el se convirtio en mi base, mis amigos viven en otro pais, aqui solo lo tengo a el, y no hay un dia que pase, que no llore por lo mal que me pone que el se vaya.
ResponderEliminarSe que se tiene que ir pero me esta matando :( el tampoco se quiere ir, porque ve lo mal que estoy. Yo no quiero que el me vea asi y trato de evitarlo pero hay momentos que no lo aguanto. Es tan triste la situacion. Lo amo tanto. Lo necesito tanto... y se me va.
Se que es dificil, pero la mision es la mejor decision que puede tomar todo joven.Confia en Dios apoyalo, haz un esfuerzo y podras ver las bendiciones que Dios tiene para uds. Ora mucho y pide guia =f
ResponderEliminarEso es cierto!! La obra misional es la mayor bendicion que tenemos en la Iglesia!! :)
EliminarHola amigos tengo algún tiempo de ser miembro y Ahorai me siento muy feliz de
ResponderEliminarEncontrar está pÁgina
Bienvenido a la familia :)
Eliminarno manches que mal dejo al amor de su vida por que no tener las 2 cosas.
ResponderEliminarLa obra misional es algo que va mas alla de las cosas del mundo hermanito :) es cierto, ¿por que no tener las dos cosas? Ahora te respondo, bien podria tenerlas las dos, pero cuando se toma la desicion de servir al Señor en una mision usted debe estar 100% para Dios, es apartado solo para eso en esos dos años y no es que no pueda pero estar con novias y esas cosas son distracciones que impiden que de su 100% al señor ;)Yo amo la obra misional!!
EliminarA.. y hola jaja mi nombre es Tiarla soy miembro de La Iglesia De Jesucristo De Los Santos De Los Ultimos Dias y tengo un testimonio inquebrantable de mi salvadoe Jesucristo!! Soy de Republica Dominicana. Usted es de mexico, no?? lo se por el "No manches" jajaj