Aquí debo hacer una acotación al margen, puesto que una de las experiencias más importantes, a la que haré mención más adelante, atañe principalmente a Janet y es por demás personal, y también debido a que alguien comentó que el referirme a esa experiencia, pone a mi esposa en una situación un tanto comprometedora, al tiempo que hace quedar muy bien a su esposo a costas de ella. Janet y yo normalmente pensamos en términos de nosotros y no en términos de ella o yo, pero si hubiera necesidad de hacer una comparación entre los dos, creo que la siguiente escena representa la cruda realidad.
Si Janet se aproximara a la puerta de los cielos, el Señor diría algo así a los ángeles: "¡Miren, aquí viene Janet Robinson! ¡Janet finalmente está con nosotros! Vayamos todos a recibirla y a darle nuestra bienvenida." Pero al extenderle Sus brazos, tal vez se detendría y le preguntaría: "Janet, quién es ese lamentable sujeto que viene detrás de ti?" A lo cual ella responderá, "Ah, ¿él,'Es mi marido. Puede entrar conmigo?" Sin ella no tengo la más mínima esperanza, lo cual podría confirmar cualquier persona que nos conozca bien a los dos.
(Stephen E. Robinson)
Si Janet se aproximara a la puerta de los cielos, el Señor diría algo así a los ángeles: "¡Miren, aquí viene Janet Robinson! ¡Janet finalmente está con nosotros! Vayamos todos a recibirla y a darle nuestra bienvenida." Pero al extenderle Sus brazos, tal vez se detendría y le preguntaría: "Janet, quién es ese lamentable sujeto que viene detrás de ti?" A lo cual ella responderá, "Ah, ¿él,'Es mi marido. Puede entrar conmigo?" Sin ella no tengo la más mínima esperanza, lo cual podría confirmar cualquier persona que nos conozca bien a los dos.
(Stephen E. Robinson)
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que tal amigos? bueno sigo pensando que hacen una buena obra al publicar estas noticias buenas de conocimiento, muchas felicidades
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