En la Conferencia General de octubre de 2010, una reunión semestral realizada para los mormones en todo el mundo, Boyd K. Packer pronunció un discurso que generó cierta controversia. Éste ha sido divulgado ampliamente como un discurso sobre la homosexualidad, pero en realidad fue un discurso basado en una proclamación de las familias emitida por los mormones hace varios años. En su discurso, Boyd K. Packer también abordó la pornografía, el respeto a los votos matrimoniales y la castidad. Además, se centró en la capacidad que tienen las personas de elegir el arrepentimiento y después tener éxito en sus esfuerzos sinceros para arrepentirse y su capacidad para ser perdonados por los pecados del pasado.
Con el fin de entender por qué la controversia confunde, hay que entender algunos principios importantes sobre cómo funciona la Iglesia Mormona. El élder Packer es un apóstol. En el rol de presidente de la Iglesia y profeta sirve Thomas S. Monson. El presidente Monson es asistido por dos consejeros. Él y los consejeros forman la Primera Presidencia de la Iglesia. Luego está el Quórum de los Doce Apóstoles, cuyo presidente es el élder Packer. Esto hace que él sea el siguiente en la línea para ser el profeta si sobrevive al presidente Monson. Sólo el actual profeta viviente puede declarar las doctrinas oficiales de toda la Iglesia, y él no puede crear doctrinas, simplemente porque así lo desea. Él debe hacer una petición a Dios por los cambios doctrinales, y se hacen cambios doctrinales muy rara vez.
Los líderes mormones, incluso en los más altos niveles, no son ministros entrenados. Ellos no asisten a un seminario tradicional (un seminario mormón corresponde a una clase de un año escolar para los adolescentes). Ellos vienen de otras profesiones. Por ejemplo, nuestro actual profeta se desempeñaba en el sector de la impresión antes de convertirse en un apóstol.
Los profetas y los apóstoles son gente común. Se les da el mismo don del albedrío como a todo el mundo y mantienen sus opiniones personales. Las creencias mormonas no cubren todo y por lo tanto, donde la Iglesia no tiene doctrina oficial, los miembros de la Iglesia, incluyendo a los líderes, tienen el derecho a tener la opinión que elijan y desarrollar esa opinión en la forma que decidan. La Iglesia ha explicado con frecuencia que la ciencia y la historia no son doctrina, y por lo tanto, muchos líderes de la iglesia, algunos de los cuales provienen del mundo de la ciencia, son libres mantener cualquier opinión que les gustaría tener en esas áreas. Donde la ciencia y la religión podrían superponerse, sólo los aspectos espirituales—aquellos que afectan la vida eterna—son de importancia para la Iglesia.
Los mormones han afirmado que no tienen una posición oficial sobre las causas de la homosexualidad y sobre si las tendencias se pueden cambiar. Tampoco han adoptado una postura sobre si una persona debe o no buscar tratamiento para cambiar y no recomiendan programas. Esto se debe a que es un tema de ciencia, no de religión. Dios no juzga nuestras tentaciones—incluso Jesús fue tentado, lo que permite que Su perfección gane significado. Son nuestras acciones las que importan. Jesús enseñó que debemos hacer la voluntad del Señor para ser aceptados en el Cielo. Aunque una persona puede no ser capaz de elegir sus tentaciones o tendencias, es libre de elegir sus acciones y es aquí donde los mormones centran su doctrina religiosa, porque es la única parte del tema que afecta la vida eterna de una persona. La causalidad es para la ciencia, la psicología y las creencias personales hasta que Dios diga lo contrario. Sin embargo, no puede haber duda de que la Biblia habla con bastante firmeza acerca de los males de la conducta homosexual. La Biblia es clara y consistente sobre el tema.
El discurso del élder Packer fue publicado con algunas modificaciones. Sin embargo, las verdades eternas no fueron cambiadas. Es normal que un orador se permita revisar el discurso que pronuncia y decida si lo publica tal cual o haciendo algunos cambios. El discurso por escrito es considerado como la versión oficial, aquella que estudian y aprenden los miembros de la iglesia. Lo anterior permite que un orador que añadió puntos de vista personales, citó mal una escritura o simplemente se equivocó al hablar—como un orador frecuente le dirá que es común— se asegure de que la versión oficial refleje fielmente las enseñanzas oficiales y no sólo las opiniones personales de los aspectos no canonizados.
La verdad oficial, sin embargo, no puede ser alterada. Tal como dijo el élder Packer, no se puede poner la verdad a votación. Cuando estemos ante Dios, Él no evaluará nuestra corrección política o nuestra capacidad de hacer coincidir los puntos de vista de los tiempos. Él comparará nuestras vidas con las verdades eternas que Él nos enseñó.
La mayor parte del discurso del élder Packer trató sobre el don del arrepentimiento, un don desinteresado que es posible gracias a la expiación del Salvador. Debido a que Jesucristo pagó por nuestros pecados, somos capaces de arrepentirnos y ser puros otra vez.
El doble principio del arrepentimiento y el perdón supera en fuerza el impresionante poder del tentador. Si usted está ligado a un hábito o una adicción indigna, debe detener la conducta que es perjudicial. Los ángeles le enseñarán y los líderes del sacerdocio le guiarán a través de los tiempos difíciles.
En ninguna parte la generosidad, la bondad y la misericordia de Dios se manifiestan más que en el arrepentimiento. ¿Usted entiende el poder purificador consumado de la Expiación hecha por el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Redentor? Él dijo: “Yo, Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten”. En ese acto supremo de amor, el Salvador pagó los castigos por nuestros pecados para que nosotros no tengamos que pagar.
Para aquellos que realmente lo desean, hay un camino de regreso. El arrepentimiento es semejante a un detergente. Incluso quita las manchas profundas del pecado.
Qué poderosa promesa, que los ángeles lo entrenarán a medida que lucha por superar los comportamientos que usted sabe en su corazón que están en contra de las enseñanzas de Dios. Independientemente de la causa inicial de todo pecado, los ángeles están listos para ayudarnos a pasar a través del proceso de cambio. Cuando pensamos en los millones que pasan por programas de recuperación para diversos desafíos y luchan por superarlos, es sumamente alentador —la entrega de valor— imaginar a un angelical entrenador personal y saber que cuando la lucha termina, Dios se olvidará de nuestro pecado como si nunca hubiera sucedido. Esto, más que cualquier otra enseñanza, puede llevar la paz a aquellos que tienen vidas difíciles. Puede ayudar a las personas a superar la intimidación de los que no tienen compasión y los intentos de otros para llevarlos de vuelta a una vida de pecado. Crea una vida de esperanza.
El presidente Joseph Fielding Smith me habló de una mujer arrepentida que luchaba por encontrar un camino fuera de la vida inmoral. Ella le preguntó lo que debía hacer en ese momento.
A su vez, él le pidió que le lea del Antiguo Testamento el relato de la mujer de Lot, que se convirtió en un pilar de sal. Entonces él le preguntó, “¿Qué lección saca de estos versos?”
Ella respondió: “El Señor destruirá a los malvados”.
“¡No es así!” El presidente Smith dijo que la lección para esta mujer arrepentida y para ti usted es “¡No mires hacia atrás!”
Por extraño que parezca, quizás la prevención y la cura más simple y poderosa para la pornografía, o cualquier acto impuro, es ignorarlo y evitarlo. Saque de su mente cualquier pensamiento indigno que intenta echar raíces. Una vez que ha decidido permanecer limpio, está afirmando el albedrío otorgado por Dios. Y luego, como el presidente Smith aconsejó: “No mires hacia atrás”.
Con el fin de entender por qué la controversia confunde, hay que entender algunos principios importantes sobre cómo funciona la Iglesia Mormona. El élder Packer es un apóstol. En el rol de presidente de la Iglesia y profeta sirve Thomas S. Monson. El presidente Monson es asistido por dos consejeros. Él y los consejeros forman la Primera Presidencia de la Iglesia. Luego está el Quórum de los Doce Apóstoles, cuyo presidente es el élder Packer. Esto hace que él sea el siguiente en la línea para ser el profeta si sobrevive al presidente Monson. Sólo el actual profeta viviente puede declarar las doctrinas oficiales de toda la Iglesia, y él no puede crear doctrinas, simplemente porque así lo desea. Él debe hacer una petición a Dios por los cambios doctrinales, y se hacen cambios doctrinales muy rara vez.
Los líderes mormones, incluso en los más altos niveles, no son ministros entrenados. Ellos no asisten a un seminario tradicional (un seminario mormón corresponde a una clase de un año escolar para los adolescentes). Ellos vienen de otras profesiones. Por ejemplo, nuestro actual profeta se desempeñaba en el sector de la impresión antes de convertirse en un apóstol.
Los profetas y los apóstoles son gente común. Se les da el mismo don del albedrío como a todo el mundo y mantienen sus opiniones personales. Las creencias mormonas no cubren todo y por lo tanto, donde la Iglesia no tiene doctrina oficial, los miembros de la Iglesia, incluyendo a los líderes, tienen el derecho a tener la opinión que elijan y desarrollar esa opinión en la forma que decidan. La Iglesia ha explicado con frecuencia que la ciencia y la historia no son doctrina, y por lo tanto, muchos líderes de la iglesia, algunos de los cuales provienen del mundo de la ciencia, son libres mantener cualquier opinión que les gustaría tener en esas áreas. Donde la ciencia y la religión podrían superponerse, sólo los aspectos espirituales—aquellos que afectan la vida eterna—son de importancia para la Iglesia.
Los mormones han afirmado que no tienen una posición oficial sobre las causas de la homosexualidad y sobre si las tendencias se pueden cambiar. Tampoco han adoptado una postura sobre si una persona debe o no buscar tratamiento para cambiar y no recomiendan programas. Esto se debe a que es un tema de ciencia, no de religión. Dios no juzga nuestras tentaciones—incluso Jesús fue tentado, lo que permite que Su perfección gane significado. Son nuestras acciones las que importan. Jesús enseñó que debemos hacer la voluntad del Señor para ser aceptados en el Cielo. Aunque una persona puede no ser capaz de elegir sus tentaciones o tendencias, es libre de elegir sus acciones y es aquí donde los mormones centran su doctrina religiosa, porque es la única parte del tema que afecta la vida eterna de una persona. La causalidad es para la ciencia, la psicología y las creencias personales hasta que Dios diga lo contrario. Sin embargo, no puede haber duda de que la Biblia habla con bastante firmeza acerca de los males de la conducta homosexual. La Biblia es clara y consistente sobre el tema.
El discurso del élder Packer fue publicado con algunas modificaciones. Sin embargo, las verdades eternas no fueron cambiadas. Es normal que un orador se permita revisar el discurso que pronuncia y decida si lo publica tal cual o haciendo algunos cambios. El discurso por escrito es considerado como la versión oficial, aquella que estudian y aprenden los miembros de la iglesia. Lo anterior permite que un orador que añadió puntos de vista personales, citó mal una escritura o simplemente se equivocó al hablar—como un orador frecuente le dirá que es común— se asegure de que la versión oficial refleje fielmente las enseñanzas oficiales y no sólo las opiniones personales de los aspectos no canonizados.
La verdad oficial, sin embargo, no puede ser alterada. Tal como dijo el élder Packer, no se puede poner la verdad a votación. Cuando estemos ante Dios, Él no evaluará nuestra corrección política o nuestra capacidad de hacer coincidir los puntos de vista de los tiempos. Él comparará nuestras vidas con las verdades eternas que Él nos enseñó.
La mayor parte del discurso del élder Packer trató sobre el don del arrepentimiento, un don desinteresado que es posible gracias a la expiación del Salvador. Debido a que Jesucristo pagó por nuestros pecados, somos capaces de arrepentirnos y ser puros otra vez.
El doble principio del arrepentimiento y el perdón supera en fuerza el impresionante poder del tentador. Si usted está ligado a un hábito o una adicción indigna, debe detener la conducta que es perjudicial. Los ángeles le enseñarán y los líderes del sacerdocio le guiarán a través de los tiempos difíciles.
En ninguna parte la generosidad, la bondad y la misericordia de Dios se manifiestan más que en el arrepentimiento. ¿Usted entiende el poder purificador consumado de la Expiación hecha por el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Redentor? Él dijo: “Yo, Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten”. En ese acto supremo de amor, el Salvador pagó los castigos por nuestros pecados para que nosotros no tengamos que pagar.
Para aquellos que realmente lo desean, hay un camino de regreso. El arrepentimiento es semejante a un detergente. Incluso quita las manchas profundas del pecado.
Qué poderosa promesa, que los ángeles lo entrenarán a medida que lucha por superar los comportamientos que usted sabe en su corazón que están en contra de las enseñanzas de Dios. Independientemente de la causa inicial de todo pecado, los ángeles están listos para ayudarnos a pasar a través del proceso de cambio. Cuando pensamos en los millones que pasan por programas de recuperación para diversos desafíos y luchan por superarlos, es sumamente alentador —la entrega de valor— imaginar a un angelical entrenador personal y saber que cuando la lucha termina, Dios se olvidará de nuestro pecado como si nunca hubiera sucedido. Esto, más que cualquier otra enseñanza, puede llevar la paz a aquellos que tienen vidas difíciles. Puede ayudar a las personas a superar la intimidación de los que no tienen compasión y los intentos de otros para llevarlos de vuelta a una vida de pecado. Crea una vida de esperanza.
El presidente Joseph Fielding Smith me habló de una mujer arrepentida que luchaba por encontrar un camino fuera de la vida inmoral. Ella le preguntó lo que debía hacer en ese momento.
A su vez, él le pidió que le lea del Antiguo Testamento el relato de la mujer de Lot, que se convirtió en un pilar de sal. Entonces él le preguntó, “¿Qué lección saca de estos versos?”
Ella respondió: “El Señor destruirá a los malvados”.
“¡No es así!” El presidente Smith dijo que la lección para esta mujer arrepentida y para ti usted es “¡No mires hacia atrás!”
Por extraño que parezca, quizás la prevención y la cura más simple y poderosa para la pornografía, o cualquier acto impuro, es ignorarlo y evitarlo. Saque de su mente cualquier pensamiento indigno que intenta echar raíces. Una vez que ha decidido permanecer limpio, está afirmando el albedrío otorgado por Dios. Y luego, como el presidente Smith aconsejó: “No mires hacia atrás”.
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