
La tradición sufí cuenta la historia de un rey que buscaba buenos pintores para decorar su palacio. Dos equipos – uno griego y otro chino - comparecieron con sus mejores artistas, tratando de conseguir un trabajo que rendiría millares de monedas de oro.
Como test, el rey pidió que cada uno decorase una de las paredes de una de las salas. Para que un grupo no viese el trabajo del otro, eligió paredes opuestas y puso una cortina en el medio.
Los chinos pintaron la suya con el mayor cuidado, mientras que los griegos apenas pulían sin parar la superficie de la otra. Llegó finalmente el día en que el rey resolvió sacar la cortina y comparar los resultados.
De un lado vio una hermosa pintura china. En la otra pared, que había sido pulida hasta transformarse en un espejo, el rey también vio la hermosa pintura china – pero con su propia imagen al medio.
- Este es el mejor – dijo el rey. Y los griegos ganaron el empleo, porque supieron lidiar con la vanidad ajena.
La vanidad es algo que se tiene que tener mucho cuidado =D
ResponderEliminarte parece amigo SUR?? ya vengo! m voy a ver a mi espejo! jijiji
ResponderEliminarBROMITA!
TIENS RAZON...LA VANIDAD ES PA TENER CUIDADO! QUIZAS SOMOS VANIDOSOS D MANERA INCONSCIENTE! =S