El califa árabe hizo llamar a su secretario: -Encierra a mi mujer en la torre mientras estoy de viaje –ordenó. -¡Pero si ella ama a Su Majestad! -Y yo la amo a ella –respondió el califa.
Pero sigo un viejo proverbio de nuestra tradición:
"Haz pasar hambre a tu perro y te será fiel; hazlo engordar y te morderá.”
El califa partió hacia la guerra y volvió seis meses después. Al llegar, llamó a su secretario y pidió ver a su esposa. -Os ha dejado –fue la respuesta del secretario-. Su Majestad citó un bello proverbio antes de partir, pero olvidó otro dicho árabe:
"Si tu perro está preso, acompañará a cualquier persona que le abra la jaula.”
"Haz pasar hambre a tu perro y te será fiel; hazlo engordar y te morderá.”
El califa partió hacia la guerra y volvió seis meses después. Al llegar, llamó a su secretario y pidió ver a su esposa. -Os ha dejado –fue la respuesta del secretario-. Su Majestad citó un bello proverbio antes de partir, pero olvidó otro dicho árabe:
"Si tu perro está preso, acompañará a cualquier persona que le abra la jaula.”
El intento de controlar el alma
Muchas veces pensamos que podemos controlar el amor. Y, en ese momento, nos sorprendemos haciéndonos una pregunta absolutamente inútil: “¿merece la pena?” El amor no respeta esa pregunta. El amor no se deja valorar como una mercancía. Uno de los personajes de la obra La buena alma de Tse-Chuang, de Bertold Brecht, nos habla de la verdadera entrega:
"Quiero estar junto a la persona que amo. No quiero saber el precio que habré de pagar. No quiero saber si será bueno o malo para mi vida. No quiero saber si esa persona me quiere o no Lo único que necesito, lo único que deseo, es estar cerca de la persona que amo”.
Muchas veces pensamos que podemos controlar el amor. Y, en ese momento, nos sorprendemos haciéndonos una pregunta absolutamente inútil: “¿merece la pena?” El amor no respeta esa pregunta. El amor no se deja valorar como una mercancía. Uno de los personajes de la obra La buena alma de Tse-Chuang, de Bertold Brecht, nos habla de la verdadera entrega:
"Quiero estar junto a la persona que amo. No quiero saber el precio que habré de pagar. No quiero saber si será bueno o malo para mi vida. No quiero saber si esa persona me quiere o no Lo único que necesito, lo único que deseo, es estar cerca de la persona que amo”.
El espiritu es libre =D
ResponderEliminaresto fue lo que leyo mi mamá y lloró, me dijo que es algo muy cierto y bello el mensaje, me gusta también uno es libre y no solo el espiritu también nuestro cuerpo debe ser libre.... libertadddddd jijiji :)
ResponderEliminarAlegoricamente podriamos comparar a la esposa con la iglesia de Cristo. El Esposo que es Cristo ama a su esposa y esa relación continua mientras la esposa(iglesia) es leal.Pero si la esposa(iglesia) es infiel y se marcha en pos de otros hombres(doctrinas) ¿que éspera que haga el esposo(Cristo)?.Todos y todas las confesiones cristianas deberían hacer examen de conciencia y averiguar si lo que se enseña en su congregación se ajusta a la sana doctrina(biblica) de Jesucristo o, por el contrario,se enseña doctrina de "hombres" engañadores que no son del Esposo(Cristo).Las decisiones equivocadas nos pueden quitar la libertad de Cristo." Mi paz os dejo, mi paz os doy;no os la doy como el mundo la da"(Juan 14:27) La verdad os hará libres.
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