
A menos que la forma en que vivimos nos lleve más cerca de nuestro Padre Celestial y de nuestro prójimo, se producirá un enorme vacío en nuestra vida.
Una de las grandes diferencias entre el verdadero gozo y los meros placeres, es que algunos de éstos se obtienen a costa del sufrimiento de otras personas.
El gozo, en cambio, emana de la generosidad y el servicio, y siempre beneficia a otros en lugar de lastimarlos."
(Pte. Spencer W. Kimball, Liahona junio 1979, pág.3)