01 marzo 2011

"Notable Historia - Traduccion del Libro de Mormon al Chino"

Me tope con esta interesante historia en cumorah y decidi compartirlo con todos uds:

Esta historia fue escrita por Vernon Poulter, quien ha fallecido, pero fue recibida por Sandy Lee para que fuera publicada y para que el registro no se perdiera


Me siento muy honrado de haber jugado un papel menor en la traducción del Libro de Mormón al idioma chino. A continuación se muestra el informe que presenté a la oficina del Historiador de la Iglesia. Por favor, acepte mi testimonio de que el Señor preparó el camino para una traducción aceptable para El – que el Libro de Mormón mantendría su palabra como él lo desea, sin los matices que los traductores modernos incluyen para tratar de “hacerlo más claro”. El Señor continúa, incluso en nuestra vida, manteniendo su palabra pura.

Me llamaron a servir una misión al Lejano Oriente Sur cuando las misiones de habla china tenían tres años, viajé a mi misión en barco y en tren.. En ese momento, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio no habían sido traducidos al chino. Los misioneros fuimos instruidos de llevar con nosotros los libros del Elder Talmage, “Jesús el Cristo” y “Artículos de Fe”.. Aunque esto es común entre los misioneros de hoy, en el aquel entonces esto era inusual, ya que estos libros sólo estaban disponibles en ediciones grandes de tapa dura.

Cuando mi padre y yo fuimos a comprar estos libros, mi papá decidió conseguir algunos libros extra “por si acaso”, y agregó “Doctrina del Evangelio” de Joseph F. Smith , “Doctrina
de Salvación” de Joseph Fielding Smith, “Enseñanzas del Profeta José Smith” de José Smith, y “Una obra maravillosa y un prodigio” de LeGrand Richards. Más tarde en casa, incluyó hasta un folleto antiguo que había guardado de su misión, La Gran Apostasia de Talmage. Realmente no creía que fuera necesario, como llevaba un baúl e iba viajar en barco, no había mucho espacio para libros adicionales pero aun así mi padre me dijo: “Si necesitas algo más, me dices.”

Después de un largo viaje a la sede de la misión en Hong Kong, y otro corto viaje en barco a Taiwan (viajé solo con 11 misioneros jesuitas quienes iban a Taiwán para estudiar chino en los siguientes cinco años), finalmente llegué a mi área asignada.

Taiwán se había abierto a los misioneros sólo unos meses antes, los contactos se encontraban principalmente por tocar puertas, la falta de una traducción al chino de la palabra de Dios revelada en los Últimos Días había exigido una serie bastante larga de “lecciones””- diecisiete lecciones antes del bautismo y veinte después. Debido al hecho de que fui asignado para abrir nuevas áreas que los contactos los hacíamos tocando puerta a puerta, a que la serie de lecciones eran largas, y que me transferían cada cuatro a seis meses a un área nueva, así cuando llegó el momento de ser relevado, yo había bautizado a una sola persona a la que había contactado y enseñado. Hubo, sin embargo, muchos contactos que mostraron un gran potencial, sin embargo me transferían y ya no progresaban hacia el bautismo. Después de volver a casa, me sentí desanimado y desconcertado con los resultados tan escasos que tuve después de 3 años de trabajo y al enterarme de los informes de otros elderes, mi desaliento empeoró. Pero asi con mi historia.

Cuando me hicieron compañero mayor, y me asignaron a una nueva área de Taipei, mi compañero, el élder Daws y yo oramos para ser conducidos a personas dispuestas a escuchar el evangelio, y luego comenzar a contactar en la casa contigua a la casa donde habíamos estado el día anterior. Sentí que tenía que haber una mejor manera..” Un día, antes de las oraciones de la mañana, le dije a mi compañero, “Vamos a poner nuestras oraciones a prueba … vamos a orar específicamente para ser conducidos a alguien que esté dispuesto a escuchar el evangelio, a continuación, permaneceremos en las bicicletas hasta que recibamos la dirección del Espíritu, y lo seguiremos a donde nos lleve. ”

Después de viajar alrededor de una hora y varias millas a través del pesado tráfico de Taipei, cuando estábamos cruzando una intersección muy transitada, con lo que parecía ser cientos de camiones, autobuses y miles de otras bicicletas, tuve la clara impresión de girar a la derecha. Sin embargo estaba en medio del tráfico y Elder Daws ya estaba en el otro lado. El tráfico era muy peligroso, y yo no quería quedar atrapado en medio decidiendo qué camino tomar, así que me seguí al otro lado.

Cuando me reuní con mi compañero, la impresión regresó, pero esta vez era más fuerte, me decía que regresara y volviera meterme en el tráfico en aquella intersección en la que había sobrevivido yo sólo. “¿Por qué no me lo dijiste cuando estábamos por ahí por primera vez?” Fue el único comentario de mi compañero. Nos hicimos de nuevo al tráfico, hicimos una “U” a través de cuatro carriles, de vuelta a la intersección, giramos a la izquierda a través de otros ocho carriles de tráfico – ahora parece sencillo, pero aquella vez … Incluso aun hoy, no puedo cerrar los ojos sin dejar de ver esa intersección, escuchar los sonidos, oler los gases del escape, sin sentir la vulnerabilidad que había.

Y la pregunta era “¿Es esto realmente el lugar donde deberíamos estar?” “¿Fue realmente una inspiración?” Pero lo hicimos con seguridad.

Después de adentrarnos y pedalear nuestras bicicletas en aquel tráfico por un tiempo, la impresión estaba de vuelta “, gira a la derecha”. De esta manera llegamos finalmente a una calle estrecha, demasiado estrecha apenas como para el tránsito de algo mas grande que una bicicleta.

“Un giro mas a la izquierda”, y ahora estábamos en un callejón muy estrecho, incluso para nuestras bicis. Cuando nos estábamos bajando de nuestras bicicletas para continuar a pie, vi a un hombre que nos observaba muy atentamente a través de una ventana abierta. Estábamos tan sólo a unos metros de distancia.. Nuestros ojos se encontraron y yo sabía que él era la persona a la que habíamos sido conducidos. Hablé con él por la ventana abierta y nos presentamos. Él nos invitó a pasar, había solo una bombilla colgada de un alambre en el centro de la sala, la luz estaba apagada. La única luz en la sala entraba por la ventana abierta, la cual estaba cubierta por la sombra de un edificio en el callejón, por lo que la habitación estaba muy oscura. La habitación estaba vacía, habían solo unas cuantas fotos en la pared, pilas de libros a cada lado de la silla que estaba utilizando en una mesa al final.

Me senté en el alféizar de la ventana, él se presentó como el Sr. Hu. El Élder Daws tomó la iniciativa y dio la primera lección. La cual trataba de José Smith y la necesidad de profetas en los últimos días. Él aceptó el principio sin dudas. Sus preguntas, sin embargo, me sorprendieron. “. “Desde que José Smith vio a Dios y a Cristo Jesús, él es la persona más importante de nuestro tiempo, ¿cómo debo honrarlo?” “¿Por qué no he oído hablar de él antes de ahora?” Y “¿Por qué no ha habido profetas desde el tiempo de Cristo hasta el señor Smith?.. sucedió que tenía conmigo el folleto de la Gran Apostasía de Talmage que papá me había dado. A pesar de que el Inglés del Sr. Hu era muy bueno, me preocupaba que pudiera tener problemas para entenderlo, pero aun así se lo dejé de todos modos. Él lo recibió amablemente y luego nos pidió que volviéramos al día siguiente a la misma hora para que le enseñáramos a su esposa e hijos.

Al día siguiente, a la hora convenida, cuando llegamos al lugar donde teníamos que bajar en bicicleta, pude ver una luz, que emanaba desde la ventana de nuestro contacto. La recuerdo como una “luz blanca, pura”. Cuando entramos en la habitación, estaba claro que la luz no provenía de la bombilla eléctrica que desde ayer estaba apagada. sino más bien, toda la habitación estaba bañada con aquella luz blanca y pura, además que se esparcía y se reflejaba en la casa que cruza el callejón. No había ninguna fuente específica.. Cuando entré en la habitación, me llamó la atención el hecho de que no había sombra. Era como si el espacio dentro de la habitación en sí estuviera radiante, el límite máximo de las paredes y el piso estaban radiantes. Era claro para mí que estábamos en presencia del Espíritu Santo. Siempre recordaré la experiencia de poder ver la luz pura y sentir el poder de su presencia. Es una de esas cosas que una vez que se experimenta se convierten en parte de mi ser. No es como un recuerdo, sino que es parte de mí. Mi testimonio es que la presencia del Espíritu Santo es palpable; Su resplandor puede ser vista, así como el velo. Lo he visto y doy testimonio de ello. Estaba atrapado en un conflicto de emociones, tenía miedo de hablar por temor a interrumpir el espíritu, y abrumado por el conocimiento que había sido llevado allí por un propósito y que era mejor seguir adelante con nuestro trabajo.

Habíamos planeado dar la lección siguiente, pero el Sr. Hu nos pidió que repitiéramos la historia de José Smith para su esposa e hijos. Al final de la lección, dio su propio testimonio y a continuación dio su propia lección a su familia basado en la lectura del folleto que le habíamos dejado el día anterior. Su comprensión y sinceridad fue más que impresionante. Terminó, afirmando que estos elderes eran portadores de la verdad y le pidió a su esposa que se uniera a él en seguir investigando el Evangelio. Luego añadió que los vecinos nos habían visto el día anterior y le habían hecho pasar un momento difícil por aquellos “misioneros extranjeros-diabólicos.” Pidió permiso para traducir el folleto para poder compartirlo con sus amigos y vecinos. Sin saber que hacer le dije que estaba bien. Invitamos a la familia a la iglesia y le dijimos que nos complacería en ver al señor y la señora de Hu con sus dos niñas el próximo domingo.

Tal como era mi suerte , me trasladaron pronto a otra ciudad en el sur de Taiwán. Cuando comencé a empacar los libros que mi padre me había dicho que llevara conmigo, una vez más, tuve la fuerte impresión, “Da los libros al Sr. Hu.” Después de todo, mi papá me había dicho: “Si necesitas algo más, me lo dices”.A los chinos no les gusta aceptar regalos de los nuevos conocidos, sobre todo algo tan personal como libros. Tenía miedo de que los rechazara .Sin embargo, la impresión era innegable.

El Élder Daws y yo cargamos los libros en nuestras bicicletas y los llevamos a casa del Sr. Hu, quien nos saludó calurosamente. Le dije que estaba siendo cambiado de área, y que había recibido la impresión de darle mis libros. Su reacción fue de alegría al recibir el regalo. No hubo demostración de falsa modestia o de orgullo. Estaba simplemente agradecido por recibirlos para así poder “estudiar en profundidad el evangelio.” Aceptó el regalo con un cálido gesto de agradecimiento y saludo al estilo occidental.

Al mismo tiempo que enseñamos al Señor Hu, estábamos enseñando a un profesor de la Universidad de Taiwán, era el médico personal del general Chang Kai Sheik, un miembro de la Asamblea Nacional de China y miembro de la delegación china de la ONU. Estaba muy bien financieramente, bien educado y bien colocado política y socialmente. Yo estaba impresionado por su “estatura e importancia” y escribí en mi diario con la esperanza de que recibiera el Evangelio y nos ayudara en nuestro trabajo a influenciar a otros. Sin embargo, la experiencia que tuve con el hermano Hu, un hombre humilde con escasos recursos, la escribí simplemente como “… estamos enseñando una familia maravillosa, espero que siga creciendo en el evangelio y sean bautizados …” Está claro que todavía no me había enterado de que el Señor elige a la gente sobre la base de su medida no en la apariencia externa.

Unos 40 años más tarde, mientras enseñaba una clase de escuela dominical, tuve la impresión de compartir la experiencia de conocer al Sr. Hu y su familia, la forma en que fui conducido a él a través de la oración y la experiencia en nuestra segunda reunión. Mi testimonio es que nuestra parte en el plan del Señor no siempre es evidente, ya que nunca supe que había sido de la familia Hu. Hacer la obra del Señor tiene su propia recompensa, no sabemos el resultados o su impacto, sin embargo aún así me preguntaba qué había pasado con la familia Hu.

Tres días después, recibí una carta a través del misionero que me sustituyó cuando fui transferido de Taipei. Era de parte del hermano Hu, y por primera vez, vi su nombre completo en impresión “romanizada”, el hermano Hu Wei Yi. No sabía cómo ponerse en contacto conmigo, pero pidió que su carta me fuera enviada si fuera posible.

Hu contó su vida desde nuestra reunión hacía unos 40 años atrás. El fue bautizado junto con su esposa y sus dos hijas. Él ahora tiene 80 años, ha sido patriarca, (ha dado mas de 600 bendiciones), sellador del templo (a sellado a más de 4.000 personas vivas y muertas) y ha tenido muchos otros llamamientos en la iglesia. Él explicó que había sido apartado por el presidente Kimball para ser traductor. A continuación, doy una lista de los libros que había traducido al chino. Allí estaban, nombre por nombre, los libros que mi papá me había dado.”Enseñanzas del Profeta José Smith”, “Una obra maravillosa y un prodigio”,” Jesús el Cristo”,” Artículos de Fe”, “Doctrina del Evangelio”, “Doctrina de Salvación”, y entonces leí, “El Libro de Mormón “- No lo podía creer! Sí, el Libro de Mormón, la obra revelada de Dios al idioma chino, el idioma más popular en el mundo la lengua de mas de mil millones de personas, ha sido traducido por un humilde hombre a quien el Señor había elegido y preparado, quien fue introducido en el evangelio por un par de misioneros tratando de hacer su trabajo como ellos lo entendían.

Por cierto, a la vez que el hermano Hu Wei Yi era introducido en el evangelio, un manuscrito de otra traducción al china del Libro de Mormón estaba siendo preparada para ser enviada a los departamentos apropiados de la Iglesia – que sin embargo se perdió y que yo sepa sigue perdida al día de hoy.

Cuando miro hacia atrás en esta experiencia, me pregunto lo que he aprendido de ella. ¿Es que no tenemos ni idea del impacto que tenemos al hacer la obra del Señor? ¿O es que a pesar de la preparación de varias personas por el Señor para una tarea específica es necesaria una sencilla oración para llevarla a cabo? ¿O es que el Señor sigue cuidando personalmente su obra para asegurarse y proteger el espíritu y el mensaje del Libro de Mormón?.

Sin embargo, la lección que aprendí es que debemos estar preparados en todo momento para reconocer la inspiración del Espíritu Santo y luego actuar..” Sólo el Señor sabe lo cerca que estuve de hacer lo más inteligente, no exponerme a los problemas que no quería manejar. Solamente quería ir a lo seguro

Ya que realmente no quería hacer frente al tráfico y como consecuencia habría perdido la oportunidad de servir al Señor y ser testigo del poder del Espíritu Santo. Estoy muy agradecido de que finalmente pude escuchar los susurros del Espíritu y haber sido capaz de ver los resultados a pesar de que me tomó cuarenta años. Mientras cuidaba las pertenencias de mi padre después de su muerte, me encontré con su conjunto original de folletos de la misión a excepción de la Gran Apostasía, la misma que me había dado hace años y que posteriormente di al hermano Hu. Me hubiera gustado que hubiera vivido lo suficiente para que supiera su papel en la traducción al chino del Libro de Mormón.

Atte. Hermano Poulter Vernon

* Estimado Presidente Albright, tuve el privilegio de trabajar muy de cerca como traductora con el hermano Hu Wei-Yi, el primer patriarca chino, así como el traductor del Libro de Mormón al idioma Chino por cerca de 8 años. El Hermano Vernon Poulter me envió su testimonio (como está escrito más arriba) varios años antes de su muerte con instrucciones de compartirlas ya que era la única persona viva que había sido testigo de estos acontecimientos sagrados. Gracias por compartir esta parte importante de nuestra historia SUD para la gente de China.

Atte. Hermana Sandy Lee

2 comentarios:

  1. Anónimo14/11/11

    Que gran bendicion, deseaba saber de esto, crei que seria muy lejano el tiempo en que se escribiera El Libro de Mormon en Chino, gracias por el testimonio. Pedro

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  2. Anónimo21/3/12

    Es maravilloso ver como obra el señor, por medio de siervos que saben escuchar la apacible voz del Espíritu. Gran ejemplo, gracias por compartir esta hermosa historia.

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