Ese muchacho, lleno de ideales, pensaba que con un poco de esfuerzo podría transformar cuanto existiera a su alrededor.
El percibía limitaciones, equivocaciones, bajezas y pecados, y juzgaba que el desatar su dinamismo, todo podría cambiar.Al pasar los años, el joven de antaño llego a la edad madura;en ese momento su plegaria se había transformado en otra, más modesta, más humilde:"Señor, dame fuerzas para cambiar a cuantos me rodean".
Y su ambiciones eran ya más reducidas, sus ideales no habían muerto,pero él se había vuelto realista: creía, a base de experiencias, conocerse y conocer cuanto le circundaba y no se creía un heroe, pero aún sentía en su espíritu un dinamismo grande.
Por eso su oración se había transformado.Pero transcurrieron los años. El hombre ya era anciano. Una cabellera blanca coronaba su frente y el caminar se había tornado inseguro. Entonces, de los labios, medio trémulos, empezó a brotar esta petición: "Señor, dame fuerzas para cambiar yo mismo".
Ese hombre había llegado a la plenitud y había comprendido que mientras no cambie el corazón del hombre, todos los cambios exteriores son inoperantes, pero cuando en lo interior de uno mismo sucede la transformación, todo lo exterior se transfigura,al iluminarse con una luz nueva la relación del hombre con Dios, con la naturaleza y con los demás empieza a adquirir matices desconocidos, que parecería el descubrimiento de un nuevo mundo.
Cierto Ñaño!!... la familia es la celula de la sociedad... y dentro de ella estamos cada uno de nosotros ... si cada hogar formara un verdadero pedazo de cielo, si mas familias formaran un pedazo de cielo, si mas naciones formaran un pedazo de cielo, si el mundo entero estuviese de acuerdo en formar el cielo ya habriamos hasta ese momento cambiado todo!
ResponderEliminar=d cierto el cambio comienza con uno mismo y se irradia al rededor. No en el sentido contrario =D
ResponderEliminarComo que se aplica la escritura que EL INTERIOR DEL VASO SE LIMPIA PRIMERO PARA QUE LO EXTERIOR SE LIMPIE TAMBIEN!
ResponderEliminarNO podemos pedir que las cosas empiecen por otros sin hacer nuestra parte primero. Interesante mensaje!